“Álvaro Uribe sabe que su partido no sobrevivió a la catástrofe de Iván Duque”: Federico Gómez

Así lo hizo Federico Gómez en su más reciente columna publicada por El Espectador. Aseguró que, después de años de salir invicto de decenas de escándalos, por fin los cascos de ese barco que se llama Centro Democrático comenzaron a hundirse por cuenta de la incapacidad de Iván Duque para mantener el partido en unidad.

El iceberg, para seguir con la metáfora, tiene como punta visible la pelea entre el representante Gabriel Santos y Jennifer Arias, presidenta de la Cámara de Representantes. Eso sin contar el modo en que copartidarios del uribismo se anulan entre sí, como ocurrió hace unas semanas entre José Félix Lafaurie y el senador Ernesto Macías.

Según Gómez, Duque logró que no pudieron juntos “las chuzadas, la parapolítica, los falsos positivos, la compra de la reelección, los ministros presos, los funcionarios fugitivos, el proceso judicial contra Uribe, su fugaz condición de capturado, las doscientas y pico investigaciones abiertas, los Doce Apóstoles, los testigos, los negocios de Tomás y Jerónimo, los evidentes vasos comunicantes entre los líderes notorios del partido y el mundo de la criminalidad”: fracturar al Centro Democrático por dentro y por fuera.

Y es que el nuevo director de la revista Cambio es categórico al afirmar que “Álvaro Uribe sabe perfectamente que su partido no sobrevivió a la catástrofe de Iván Duque. Por eso fue el primero en saltar del barco”. Considera entonces que el Centro Democrático, por el bien de Uribe, debe salir triunfante en las próximas elecciones, pero esa posibilidad parece alejarse cada vez más de la realidad.

El análisis puede verse a la luz de las críticas que en un principio lanzó el expresidente Uribe contra el primer texto de reforma tributaria que desencadenó un paro nacional el pasado 28 de abril. Antes de alentar a los miembros de la Fuerza Pública a atentar contra la población civil, Uribe cuestionó la reforma por ir en detrimento de las clases más vulnerables en la escala socioeconómica.

Por lo pronto, afirma el autor, a Uribe le conviene más tener a su favor un fiscal que un presidente. Y dijo que ni Zuluaga ni Cabal serán en realidad los estandartes de la política uribista: será Federico Gutiérrez.

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