En su más reciente columna para El Espectador, Jorge Gómez Pinilla realizó una comparación entre la campaña que se llevó a cabo en Chile en 1988 cuando Augusto Pinochet convocó a un plebiscito para que fuera la ciudadanía chilena la que decidiera si el dictador continuaba o no en el poder, y el plebiscito convocado por Juan Manuel Santos en 2016 para refrendar los Acuerdos de Paz con las Farc.
La campaña No + Pinochet logró derrotar al aparato propagandístico del dictador. En ese sentido, Gómez Pinilla destacó la estrategia comunicativa que obligó a Pinochet a convocar elecciones y darle una nueva luz a Chile. La alegría ya viene fue el jingle que contribuyó a decantar la balanza y darle al No + Pinochet un 56 % de votos a favor.
El columnista, sin embargo, destacó que tanto en Chile como en Colombia ganó el NO, significando esta opción dos cosas tan distintas entre los 28 años de diferencia que se llevan ambos acontecimientos.
“No deja de ser sorprendente que en ambas ocasiones haya ganado el NO, pese a que una y otra campaña tenían objetivos disímiles: en un caso, el retiro de Pinochet; en el otro, el debilitamiento del gobierno de Santos. Algo que por cierto lograron con creces, hasta el vergonzoso punto en que dos años después Santos se vio obligado a entregar la Presidencia a un segundón de Uribe, a un pelele”,señala el columnista.
Asimismo, Jorge se lamenta que, mientras en Chile el NO fue la respuesta a uno de los dictadores más tétricos de la historia, en Colombia ese monosílabo representó la puerta de entrada para “una dictadura con apariencia de democracia, sometida la nación a un férreo control propagandístico mediante poderosa tenaza mediática impuesta por un pool de medios que cobija a El Tiempo, Semana, El Colombiano, RCN y Red+, entre otros”.
“Hoy Colombia asiste a la resurrección de su propio Augusto Pinochet, en versión Álvaro Uribe. Con las mismas nefastas consecuencias, además, sobre todo en la brutalidad de la Fuerza Pública y en la vulneración permanente de los derechos humanos de la población”, señala.
Lo que más reclama el columnista es la falta de coherencia y cooperación en varios de los sectores alternativos que, desde la política, podrían ponerle un freno al uribismo en las próximas elecciones.
“En otras palabras, si basta con que el centro y la izquierda se unan para ganar de forma arrolladora en la primera vuelta y dejar atrás tan oprobiosa saga, ¿por qué no lo hacen? ¿Se trata acaso de una guerra de egoísmos, o es que una de esas dos fuerzas juega solapadamente a favor de la derecha?”, expone.
¿Quieres dar tu opinión sobre este artículo?