Un ensayo de Sinar Alvarado para The New York Times plasmó una lectura de lo que hoy es la imagen del presidente Iván Duque frente al país.
Alvarado apunta que Duque, tras haberse ganado la confianza de sus votantes en elecciones, ahora parece “un funcionario distante que habla cada noche por televisión desde el Palacio de Nariño, donde se mantiene recluido por estos días mientras en diversos lugares del país arden las protestas contra su gobierno”.
Y es que la analista le parece casi inverosímil que, con la crisis que enfrenta el país, el presidente se empecine en defender la reforma tributaria y se escude en su programa ‘Prevención y acción’.
“Hablamos de un jefe de Estado impopular que encontró refugio en la televisión: un ambiente controlado donde habla sin contrapesos. El programa transmite cada vez más propaganda de forma abierta y monopoliza el espectro radioeléctrico con dinero público. Cuando falta solo un año para la próxima elección presidencial, el espacio empieza a convertirse en una ventajosa herramienta de campaña”, expone.
Se cuestiona la narrativa de gestiones bien hechas, mientras la crisis económica se hace más fuerte y llega a puntos sin retorno en los que la vi0lencia pulula sin cesar.
“En medio de la crisis este gobierno intenta forjar un relato nacional donde las vacunas llegan sin falta, el hambre se ha saciado y el posconflicto avanza sólido. Pero la realidad no se decreta en horario estelar. Esa tarea implica escuchar a muchos, sobre todo a los insatisfechos; y no solo a un reducido coro de aliados”, argumenta.
Alvarado concluye con un balance de la gestión presidencial: “un ritmo de vacunación por debajo de nuestra capacidad, un acuerdo de paz sin respaldo, la violencia de siempre asociada al narcotráfico y un reguero de asesinatos que continúa cada semana”. Fuente: The New York Times.
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